No te unas en yugo desigual 2 Cor. 6:14-18
Un grave problema de los corintios era que se conyugaban en matrimonio, en negocios y en otras cosas con los incrédulos y al final perdían su testimonio y hasta su fe.
El Señor nos ordena, no nos sugiere, que no nos unamos en yugo desigual con los incrédulos. Un incrédulo es aquel que no cree en Dios y menos en su palabra, y por tanto, vive fuera de la voluntad de él. No hay forma de tener entendimiento con el incrédulo.
El “yugo” es un instrumento de madera que une a los bueyes o mulas por el cuello y que también sujeta la lanza del carro que es el timón del arado